Hemorroides en el embarazo
— Por: Doctor Ricardo García Sobarzo.
Aunque es una consecuencia muy común, son pocas las mujeres quienes hablan abiertamente de las hemorroides en el embarazo (y aún después del parto). La buena noticia es: se trata de una molestia pasajera que desaparece con el tiempo y con la atención médica adecuada.
Los nueve meses que dura el embarazo son conocidos como “la dulce espera”, porque están llenos de expectativa, amor y experiencias nuevas. Sin embargo, no todo es tan dulce como pareciera, ya que el periodo de gestación viene acompañado de ciertos padecimientos como las hemorroides.
No es una situación menor, ya que esta enfermedad afecta al 40% de las mujeres gestantes, sobre todo en el tercer trimestre (la última etapa). Por fortuna, no tiene ninguna repercusión en la salud del bebé o en el desarrollo del embarazo.
¿Qué son las hemorroides?
Como he mencionado antes en este espacio, las hemorroides básicamente son las venas inflamadas del extremo del tracto digestivo, en el intestino grueso. Estas pueden ser:
Internas: son más pequeñas y menos dolorosas; producen sangrado al obrar.
Externas: aparecen por afuera del cuerpo (prolapso) y son muy molestas y provocan mucho dolor
¿Por qué aparecen hemorroides durante el embarazo?
La explicación más sencilla es esta: en el embarazo el útero se dilata y ejerce una presión extra en la vena cava inferior; es decir, el tronco venoso —de 22 centímetros de largo— que transporta sangre desde la pelvis y el abdomen hasta la aurícula derecha del corazón.
La también conocida como vena grande, es la encargada de drenar las venas del intestino grueso, justamente las del extremo del tracto digestivo. Así, la presión alta en éstas ocasiona las hemorroides.
A lo anterior, debemos sumar el molesto estreñimiento y el tránsito intestinal lento, también comunes en el embarazo; ambos agravan las hemorroides, complicando la “dulce espera”.
¿Qué puedes hacer si estás embarazada y padeces hemorroides?
La principal recomendación, y también la más importante, es no automedicarte y acudir a consulta con el coloproctólogo ante el menor síntoma o sospecha. El especialista analizará tu caso y determinará cuál es el mejor tratamiento para ti (puede tratarse de medicación tópica que no ponga en riesgo el crecimiento del bebé).
Además, hay sencillas medidas que puedes incluir en tu rutina diaria para aminorar los síntomas (comezón, dolor y ardor) y tener una mejor calidad de vida. Estas son:
- Consume alimentos ricos en fibra para facilitar la digestión y las excretas.
- Mantente hidratada (toma tres litros de líquidos al día).
- Evita pujar o hacer esfuerzos mayores.
- Haz un poco de ejercicio todos los días (siempre bajo supervisión médica).
- Mantén aseado el extremo del tracto digestivo.
- Límpiate suavemente de adelante hacia atrás.
- Procura baños de asiento con agua tibia.
- Evita pasar mucho tiempo sentada.
- Usa ropa interior suave (preferentemente, de algodón).
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