Tratamientos para las hemorroides
La cifra es alarmante: hasta 50% de la población mundial llega a padecer hemorroides en algún momento de su vida o de manera recurrente. Sin embargo, la buena noticia es que un porcentaje reducido de este segmento (sólo 10%) necesita tratamientos quirúrgicos para enfrentar dicho padecimiento. En términos generales, no es otra cosa más que la inflamación de las venas (internas o externas) ubicadas alrededor del extremo final del tracto digestivo.
Detectar esta condición es relativamente sencillo, ya que los síntomas van desde la comezón, el dolor y el ardor, hasta sangrados. En el peor de casos, los bultos (venas inflamadas) son fáciles de percibir al tacto.
Antes de hablar y describir los tratamientos médicos disponibles en la actualidad, es necesario establecer que existen cuatro grados de intensidad de hemorroides; el I y II se refieren a estadíos iniciales, sin complicaciones mayores que pueden contrarrestarse con tratamientos tópicos mínimos y algunos cambios de hábitos. Los grados III y IV requieren intervenciones mayores, incluyendo operaciones cuya recuperación a veces es muy molesta.
¿Qué tratamientos existen para las hemorroides?
Grados I y II. Como ya dijimos, se trata de etapas iniciales que pueden revertirse con medidas generales como dietas blandas, hidratación constante, ejercicio moderado y ciertos medicamentos, como ungüentos para disminuir la inflamación. También son auxiliares los baños de asiento con agua tibia.
Grados III y IV. En estas etapas, los tratamientos van de menos a más invasivos, dependiendo de la gravedad de las hemorroides. Los de mayor aplicación son:
Ligadura simple con banda. Viable sólo para hemorroides internas; para realizarlo, el médico utiliza una banda elástica para sujetar la vena, interrumpiendo el suministro de sangre, lo que ocasiona que se encoja y “muera”. Luego de una semana se desprende del cuerpo, dejando una pequeña cicatriz.
Coagulación. Esta opción causa muy pocas molestias, y consiste en la aplicación directa de luz infrarroja o calor láser, que ocasiona que las hemorroides se sequen.
Inyección. De menos eficiencia, la inyección de soluciones químicas en las venas inflamadas reduce su tamaño y las molestias derivadas.
Engrapado (o hemorroidopexia). Como su nombre lo dice, consiste en engrapar las hemorroides internas para bloquear el flujo sanguíneo y “matar” la vena; desafortunadamente es un proceso de baja efectividad.
Extirpación (o hemorroidectomía). Hasta la fecha, es el procedimiento más eficaz para tratar las hemorroides en estadíos avanzados (graves y/o recurrentes). Aunque la recuperación postoperatoria produce más dolor —en comparación con otros métodos—, a largo plazo los resultados son más favorecedores y definitivos.
¿Cuál es el mejor tratamiento?
La respuesta la tiene únicamente el médico coloproctólogo especialista quien, después de hacer una revisión detallada y conocer tu historial clínico, determinará el tratamiento más adecuado para ti.
Bajo ninguna circunstancia te automediques o postergues tu visita con el especialista. Ante la menor sospecha, agenda una cita; recuerda que la medicina preventiva es la mejor aliada de la buena salud.
Cuida tu alimentación, cuida tu cuerpo, cuídate.